Hace unos días hablábamos sobre el cambio. Sobre cómo conseguir cambiar, sobre las resistencias y sobre cómo superarlas.
Pero puede que algunos se pregunten: ¿para qué necesito cambiar? Las cosas me van bien, soy competente en mi trabajo, no necesito invertir tiempo y esfuerzo en realizar ese cambio. Esto no va conmigo.
Sin embargo, dadas las actuales circunstancias de los mercados, la evolución de las nuevas tecnologías y los cambios de parámetros que se están gestando tanto a nivel profesional como comercial y social, tenemos que asumirlo: el cambio va con todos. También contigo.
Entonces, ¿cuáles son esos motivos tan apremiantes por los que necesitas cambiar?
- Para adaptarte mejor a las exigencias del medio
- Para superar al conocimiento como herramienta exclusiva de cambio
- Para facilitar la innovación, apoyada en diversos agentes: propósito, urgencia, creencias, conciencia, hábitos, facilitadores, saboteadores, control y permiso, zona de confort…
- Porque el conocimiento en sí mismo no es suficiente
- Porque las personas somos completas, creativas y llenas de recursos, y quizá todavía no has explorado los tuyos a fondo
Si todavía no estás convencido de necesitar ese cambio, hazte estas preguntas:
- ¿Qué oportunidad se presenta? ¿Cuál es el reto?
- ¿Qué otras perspectivas de enfocar el problema se te ocurren?
- ¿Qué has intentado hacer hasta ahora?
- ¿Qué te está frenando?
- ¿Es un buen momento para actuar? ¿En qué sentido?
Todas las respuestas llevan hacia el mismo camino: el del inexorable cambio. Si ya has empezado a ponerlo en práctica, ¡enhorabuena! Si no lo has hecho, puedes empezar ahora mismo, este es sin duda el momento ideal.
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